Demasiados capitanes y muy pocos remeros
El humor, en tanto sea sutil y profundo, es uno de los medios más eficaces para entender situaciones que, desde la inteligencia común, permanecen ocultas. Hay un archiconocido cuento de remeros que lleva muchos años circulando no sólo en nuestro país, sino en el resto del mundo, adaptándose a las nacionalidades. Las generaciones cambian y es probable que haya muchos que todavía no lo conozcan. Dice así: "Una empresa nacional y una japonesa decidieron enfrentarse todos los años en una carrera de canoas con ocho hombres cada una. Los dos equipos entrenaron duramente y el día de la carrera ambos estaban en su mejor forma. Pero los japoneses vencieron por un kilómetro de ventaja. Después de la derrota el equipo estaba desanimado. El director técnico decidió que ganarían al año siguiente y creó un grupo de trabajo para analizar el problema. "Después de varios estudios, el grupo descubrió que los japoneses tenían siete remeros y un capitán. Y los argentinos siete capitanes y un remero. A causa de eso el director técnico tuvo la brillante idea de contratar una empresa para analizar la estructura del equipo. Después de largos meses de trabajo, los especialistas llegaron a la conclusión de que el equipo tenía capitanes de más y remeros de menos. "En base al informe de los especialistas, la empresa decidió cambiar la estructura del equipo. El equipo estaría ahora compuesto por cuatro capitanes, dos supervisores, un jefe de supervisores y un remero. Se le daría especial atención al remero. Él tendría que ser el más calificado, motivado y consciente de sus responsabilidades. Al año siguiente los japoneses ganaron por dos kilómetros de ventaja. Los dirigentes de la empresa despidieron al remero a causa de su mal desempeño. Y dieron a los demás miembros del equipo un premio por la motivación que intentaron infundir en el equipo. "El director técnico preparó un informe de la situación, donde quedó demostrado que: 1. Fue escogida la mejor táctica. 2. La motivación era buena, pero el material debería ser mejorado. En estos momentos están pensando en sustituir la canoa." No es solamente el cuento en sí un motivo de reflexión, sino cómo y cuándo se ha difundido. En un primer repaso encontraremos que se mantiene vigente en países de origen latino como el nuestro, aun el chiste tuvo sus orígenes en las décadas que hacían furor los modelos participativos de gestión implementados por los japoneses. El gran descubrimiento de Occidente, arrasado por los productos provenientes de Japón, fue que la estructura de sus propias organizaciones era, por comparación, altamente ineficiente. Llegaron los conceptos de Círculos de Calidad, Calidad Total, etcétera. Todos ellos atacaban la tendencia a la proliferación de estratos jerárquicos en vez de trabajo en equipo, con un mayor énfasis en la gestión horizontal y el empowerment entendido como otorgar mayor poder de decisión a los niveles inferiores y el achatamiento de la pirámide hasta el mínimo posible. Se había descubierto la pólvora, esto es, que los niveles inferiores eran seres humanos con posibilidades de pensar y hacer, con tanta o mayor capacidad de resolver situaciones laborales, entre otras cosas. Durante las primeras décadas del siglo XX existía la convicción de que había que dividir al personal entre los que pensaban y los que hacían. Hoy el trabajo en equipo ha subido definitivamente al podio de las gestiones eficaces, lo que no significa que todas las organizaciones lo hayan adoptado. Si algo sale mal, si los resultados no son los esperados, se hacen los estudios equivocados y se termina despidiendo al único remero..


